sábado, 7 de junio de 2014

¿Canibalismo para el futuro?




¿Canibalismo para el futuro?

http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/canibalismo-para-el-futuro/14087200

Paul Ehrlich, advierte que la humanidad se aproxima a una crisis alimentaria.

 
Cecilia Rodríguez
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Cecilia Rodríguez
Luxemburgo. ¿La sobrepoblación nos conducirá al canibalismo? La pregunta se repite estos días porque el popular autor del controvertido libro La bomba demográfica, Paul Ehrlich, advierte ahora que la humanidad se aproxima a una crisis alimentaria que nos llevará a comer los muertos.
Y eso ha causado sensación. Según su última teoría, la escasez de recursos debido a la sobrepoblación está aumentando, al punto de que el canibalismo será la única opción si no cambiamos nuestros destructivos hábitos alimenticios y de producción agrícola.
“Todos en el planeta tenemos que comer y eso es un proceso muy destructivo”, dice Ehrlich y en ese punto coincide con otra corriente de opinión que está tomando fuerza, sobre todo entre los jóvenes internautas que pasan la mayor parte de su tiempo frente a computadores y para quienes la idea de comidas es muy diferente a la tradicional.
La comida, para ellos, es más bien un problema. No porque no hay suficiente para alimentar al mundo, sino porque no tienen tiempo de sentarse a comerla, de ir a comprarla, ni mucho menos de prepararla. Para muchos jóvenes es común comer algo fácil y rápido en el escritorio sin parar el trabajo en el computador. A eso agréguele que esas comidas rápidas y toda la comida chatarra engordan, hacen daño a la salud, contribuyen a la epidemia de obesidad, a los problemas cardiovasculares, diabetes...
Sin hablar del lado social y familiar, ¿qué es lo que el cuerpo recibe de la comida? De la leche necesita los aminoácidos y lípidos; del pan, los carbohidratos; de las frutas, diferentes vitaminas; de las verduras, minerales y proteínas... Pero no necesita el resto de componentes de esos alimentos. O sea que la comida, como la consumimos hoy, es una manera ineficiente de darle al cuerpo lo que necesita para sobrevivir. Y todo el proceso para que la comida llegue a la mesa es complicado, frágil y excesivamente caro.
Un reporte reciente de la ONU advierte que el cambio climático está amenazando el suministro mundial de alimentos y que su impacto no se limita a los pobres.
Argumentos como esos están tras el nuevo movimiento que propone darle al cuerpo exacta y precisamente lo que necesita. Los componentes químicos “crudos”, en las dosis adecuadas para cada organismo. Ya en el mercado hay fórmulas que ofrecen precisamente eso en polvo o en píldoras para mezclar con agua, y las empresas que los han creado son exitosas.
La idea no es nueva. La Nasa inventó varios concentrados para astronautas. ‘Soylent’ es uno de los recientes ‘pioneros’. El nombre viene de una vieja película de ciencia ficción, Soylent verde, con Charlton Heston, en la que la gente de un futuro afectado por sobrepoblación se alimenta de unas galletas misteriosas con ese nombre. Al final se revela que están hechas de carne humana. Como en la predicción de Ehrlich.
Los concentrados de hoy no son ficción ni predicción, ni carne humana. Son combinaciones de los nutrientes que el cuerpo necesita –proteínas, potasio, lípidos, Omega 3, carbohidratos, vitaminas– y se pueden ordenar por internet. El fundador de Soylent, un joven empresario en San Francisco, y sus amigos y colegas se han alimentado por más de un año exclusivamente de la preparación y están en excelente estado de salud, mental y física.
Una de las exportaciones de la cultura de Silicon Valley es cómo encontrar trucos para simplificar las obligaciones de la vida diaria y así liberarse a sí mismo para hacer otras cosas generalmente relacionadas con internet. La industria de alimentos sintéticos es producto de esa realidad de nuestros días en la que hay que separar las comidas consumidas por necesidad y funcionalidad de las comidas que se hacen por la experiencia y la socialización.
Esta nueva tendencia está aquí para quedarse y seguirse expandiendo y es cuestión de encontrar equilibrio y usar moderación.
Cecilia Rodríguez

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