lunes, 23 de junio de 2014

Las redes sociales redefinen la buena mesa




Las redes sociales redefinen la buena mesa

http://www.eltiempo.com/entretenimiento/gastronomia/nuevos-criticos-gastronomicos-en-resdes-sociales/14153135

Blogueros, instagrameros y tuiteros se vuelven nuevos críticos gastronómicos que guían al comensal.

 
El Instagram de Bogotá Divina recomienda platos y bebidas.
Foto: Archivo particular
El Instagram de Bogotá Divina recomienda platos y bebidas.
Se denominan foodies. O lo que en español quiere decir aficionados a la comida y la bebida. Conocen los secretos gastronómicos de la ciudad mejor que nadie. Y no tienen la menor intención de guardárselos. Todo lo contrario, quieren compartirlo, viralizarlo y dejar que sus seguidores en las redes sociales valoren sus sugerencias o alimenten la guía con sus comentarios para “democratizar” la buena mesa.

Estos nuevos “gurús” surgen motivados por el boom gastronómico que vive Bogotá, donde se han creado y registrado 784 restaurantes desde el 2011 a lo que va de año, según cifras de la Cámara de Comercio. Variedad que no necesariamente se traduce en calidad y que los foodies se han encargado de ir depurando. Ronald Schneider es uno de ellos. Sus allegados insistían en llamarlo para pedirle orientación. Un día, el venezolano decidió que no atendería más el teléfono y comenzó a escribir sus sugerencias en un blog. Así nació en el 2007 Bogotá Divina, una bitácora para ‘datear’ a quienes vienen de visita y ayudarles a ahorrarse ‘una mala mesa’.

Su experiencia como sommelier y restaurador (dirigió tres restaurantes en Venezuela) supone un aval para quienes deciden seguir sus recomendaciones. Pero la rigurosidad con la que escoge los restaurantes le han valido credibilidad. “No tengo mayor criterio que mi paladar. Antes de escribir, visito tres veces el lugar para comprobar que haya consistencia en la oferta. No sólo en la calidad de la comida. También en el ambiente, el servicio. Observo desde el pan y el parqueo hasta el baño”, comentó Schneider, quien lleva ocho años en el país.

Sus primeros post fueron bien recibidos. Tanto que a partir del 2009, le dio más regularidad a sus publicaciones: unas seis u ocho reseñas gastronómicas al mes. Los números de visitas llegaron a alcanzar picos de hasta 1000 visitas diarias. Fue así que, en 2012, decidió renunciar al trabajo y se dedicó de lleno tanto a su blog Bogotá Divina como a su tienda virtual. “Visito entre dos y tres restaurantes diarios. Puedo gastar hasta 4 millones de pesos al mes. Los pago de mi bolsillo. No vendo pautas. Lo que escribo es producto de mi experiencia. Soy un foodie y escribo para foodies. Para vivir, creé la tienda virtual BdGourtmet, donde vendo los productos que recomiendo y que tienen el aval de Bogotá Divina”.

Pese al tiempo que le dedica a buscar nuevas propuestas, degustar los platos y escribir, Ronald asegura que no se considera un crítico. Y puede que sus posts no tengan el veneno del juicio, pero no le faltan el picante que le confiere una opinión sincera. Basta leer una de sus publicaciones, titulada “Bogotá, se te oxidan los sartenes”, donde afirma sin tapujos que el mercado está inundado por la apertura de restaurantes, pero nadie se preocupa por mantener la calidad. “El pecado más grande que puede cometer un restaurador es la inconsistencia”, asegura.

Puntos colombianos

Se inició el foodporn, o lo que en español se conoce como la tendencia fotográfica de mostrar el lado más artístico y provocador de los alimentos. A ello se dedicó Marcela Montaño a su regreso de New York, donde realizó una especialización en fotografía. Retrataba todo lo que saboreaba y lo subía a Facebook para mostrarle a su familia, que vive en el exterior, lo que se estaba perdiendo.

De tanto tentar a sus seguidores, sus fotos de platos colombianos se empezaron a llenar de comentarios y de preguntas, lo que motivó a Montaño a ir más allá del simple foodporn y crear a mediados del año pasado el blog y el perfil Instagram de Puntos Colombianos.

“No me limito a restaurantes gourmet. También recomiendo sitios de comida rápida. Lo importante para mí es que sean lugares ricos, que sean novedosos, que llamen la atención de la gente. Para ello, solicito muchas recomendaciones y me acerco a probar. Aparte reviso muchas revistas especializadas”, comenta.

Su ritual de búsqueda la lleva a visitar por lo menos dos restaurantes en la semana. Nunca repite. Pues asegura que le gusta ir a sitios diferentes y la amplia oferta que tiene la ciudad se lo permite. “En la medida en que te especializas, te conviertes en un servicio público para ayudar a la gente a saber a dónde ir a comer y que no terminen siempre en los mismos lugares. Ahora, la ciudad tiene restaurantes de todo el mundo. Y es allí donde uno interviene, dando tu punto de vista sobre la calidad de la comida, el servicio, la limpieza”.
Una ‘app’ para decirle dónde comer
Un viernes en la noche, un encuentro entre amigos y una pregunta recurrente: ¿dónde comemos? En ese escenario surgió la idea de crear el portal y aplicación De Gusta, según cuenta su fundador, el panameño Cristóbal Cortés. El proyecto arrancó en Panamá hace cuatro años con la idea de orientar a los comensales. A medida que la comunidad fue creciendo, la herramienta se volvió cada vez más útil. Ello los motivó a expandirse a Colombia, Venezuela y Perú.

La comunidad De Gusta Colombia tiene 35 mil personas, quienes buscan opciones para comer en las principales ciudades: Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena. De acuerdo con Cortés, la página web recibe 150 mil visitas únicas, y la versión móvil, unas 50 mil. Al mes, la aplicación tiene 7 mil descargas mensuales. La versión diseñada para la capital ofrece 1.200 alternativas de marcas, y, de acuerdo con su creador, todos los días se agregan entre 2 y 3 restaurantes.

MIRELIS MORALES TOVAR
Redacción Domingo

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